ANSIEDAD
El miedo y la ansiedad es parte de la
vida. Puede sentirse ansioso antes de presentar una prueba o al caminar por una
calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil - puede permitirle estar más alerta
o ser más cuidadoso. Suele terminar poco tiempo después de que salga de la
situación que la provocó. Pero, para millones de personas en los Estados
Unidos, la ansiedad no desaparece y empeora con el tiempo. Pueden sentir
dolores en el pecho y tener pesadillas. Hasta pueden tener miedo de salir de
sus casas. Estas personas tienen trastornos de ansiedad. Los tipos incluyen:
· Trastorno
Obsesivo –Compulsivo
· Trastorno de estrés
postraumático
· Fobias
· Trastorno de ansiedad generalizada
· La ansiedad es un proceso natural de
activación fisiológica que hace movilizar a los seres humanos y otros animales
ante el peligro. A esta respuesta también se la denomina lucha-huida. Así es
como el propósito de la ansiedad es preparar nuestro organismo para protegernos
luchando o huyendo del peligro u amenaza. Este sistema defensivo, necesario
para la vida, se torna un problema cuando la respuesta es desadaptativa. Es
decir, si el estímulo no reviste gravedad o no amenaza nuestra vida o
integridad psicofísica nos encontramos ante una desadaptación que puede llegar
a ser patológica.
La sintomatología de la ansiedad es muy variada, y depende en gran parte de la biología y características psicosociales de los individuos. Si bien el listado de síntomas es extenso la aparición de tan solo una señal, tanto a nivel físico como psíquico, es con frecuencia causa suficiente de un gran malestar.
Algunos síntomas físicos habituales, aunque no comunes a todos los trastornos, son: taquicardia, sudoración, mareos, temblores, vértigo, nausea, y hormigueo en las extremidades. Desde lo psicológico destaca la sensación de pérdida de control, problemas de atención y memoria, desrealización, despersonalización, hasta la aparición de falsas creencias, ideas obsesivas y sensación de amenaza de muerte, entre otras. En lo que se refiere a la conducta, el rasgo más característico es el de la evitación de situaciones que podrían generar ansiedad. La hipervigilancia, la rigidez corporal, el sentido del ridículo y la falta de habilidades sociales, suelen ser síntomas de algunos trastornos de ansiedad. También algunos Transtornos asociados a la ansiedad como pueden ser el abuso de substancias, problemas sexuales y trastornos alimentarios .
La sintomatología de la ansiedad es muy variada, y depende en gran parte de la biología y características psicosociales de los individuos. Si bien el listado de síntomas es extenso la aparición de tan solo una señal, tanto a nivel físico como psíquico, es con frecuencia causa suficiente de un gran malestar.
Algunos síntomas físicos habituales, aunque no comunes a todos los trastornos, son: taquicardia, sudoración, mareos, temblores, vértigo, nausea, y hormigueo en las extremidades. Desde lo psicológico destaca la sensación de pérdida de control, problemas de atención y memoria, desrealización, despersonalización, hasta la aparición de falsas creencias, ideas obsesivas y sensación de amenaza de muerte, entre otras. En lo que se refiere a la conducta, el rasgo más característico es el de la evitación de situaciones que podrían generar ansiedad. La hipervigilancia, la rigidez corporal, el sentido del ridículo y la falta de habilidades sociales, suelen ser síntomas de algunos trastornos de ansiedad. También algunos Transtornos asociados a la ansiedad como pueden ser el abuso de substancias, problemas sexuales y trastornos alimentarios .
La ansiedad también se asocia con circuitos cerebrales como el sistema gaba y el de benzodiacepina. Los sistemas noradrengenico y serotoninergenico .
se han asociado también con la ansiedad según estudios realizados, y a todo ello está unido, además, el sistema CRF (factor de liberación de corticotropina) que activa el eje HHA (hipotalámico – hipofisario – adrenal) y tiene grandes efectos sobre las áreas del cerebro implicadas en la ansiedad, incluyendo el sistema límbico, concretamente, el hipocampo, la amígdala, el locus cerúleo y la corteza prefrontal.
Medicación para la ansiedad
Dentro de los medicamentos más utilizados, encontramos
las benzodiacepinas y los antidepresivos tricíclicos.
Estos últimos pueden tardar hasta cuatro semanas en mostrar sus efectos aunque
se percibe una mejora clínica significativa. Actúan aumentando la actividad
funcional de la noradrenalina y la serotonina.
Las benzodiacepinas, en cambio, pueden llegar a ser efectivas
a partir de 15-30 minutos. Debido a su naturaleza adictiva, no se recomienda
utilizar este tipo de fármaco durante períodos prolongados y se administra con
mucho cuidado a personas con riesgo de toxicomanía.
Hay una parte importante de la población que sufre en
algún momento de su vida un trastorno de ansiedad que puede llegar a interferir
profundamente en las relaciones personales, sociales y laborales. Por ello es
importante que las personas busquen ayuda profesional, ya que como más
prematuro sea el diagnóstico, más garantías hay para alcanzar unos resultados
óptimos.
Bibliografia:
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